jueves, 26 de enero de 2012

Judaismo

Según las creencias judías, Dios creó el mundo hace unos seis mil años y lo pobló de personas que a lo largo de la historia se han multiplicado hasta habitar todos los confines de la tierra.
Con el tiempo muchos de los descendientes de Adán se apartaron de Dios y en numerosas ocasiones éste tuvo que enviar a profetas para advertir a su pueblo que volvieran a sus enseñanzas. Y cuando los profetas no eran escuchados, Dios enviaba serafines, querubines y otros tipos de ángeles para ejecutar los castigos a los que los idólatras y herejes se hacían acreedores.
Durante siglos sólo unos pocos de los descendientes de Adán fueron fieles a Dios y éste hizo un pacto con ellos, entregarles una tierra en la que vivirían por siempre libres de toda opresión e injusticia.

La promesa se hizo realidad con Moisés que sacó a los judíos de Egipto, donde eran esclavos, y los llevó a las mismas puertas de Canaán para que la habitaran para siempre.
Los judíos se enfrentaron en diversas luchas con los pueblos vecinos que deseaban su tierra pero con la ayuda de Dios consiguieron mantener su reino libre de la tiranía de otras naciones.

Sin embargo el pueblo judío era sumamente díscolo en ocasiones y caía de vez en cuando en la idolatría, es por eso que Dios tenía que castigarlos, a veces muy duramente, para que volvieran a sus creencias originales. En varias ocasiones Judea fue arrasada, conquistada y sus habitantes esclavizados y deportados como castigo por su infidelidad, y aunque Dios siempre volvía a llevarles de regreso a su tierra, nunca volvieron a gozar de la libertad que sólo disfrutaron apenas un siglo en tiempos de David y Salomón.

El castigo definitivo acaeció en el año 70dC cuando los romanos destruyeron por completo el reino de Judea. Durante casi dos milenios los judíos fueron proscritos, extranjeros allá donde viviesen, siempre perseguidos y odiados por los cristianos quienes les acusaban de la muerte de Jesucristo.

Tras siglos de persecuciones, éstas llegaron a su máximo exponente en tiempos de Hitler, quien los persiguió hasta el punto de exterminar a millones de ellos en un holocausto que removió las conciencias de toda la humanidad.
Al terminar la guerra muchos judíos comenzaron a regresar a Palestina, entonces bajo el gobierno del imperio británico. Presionado por la opinión pública de muchos países y la influencia económica que muchos judíos millonarios ejercían en numerosos países, especialmente en USA, Inglaterra aceptó la creación de un estado independiente llamado Israel donde los judíos pudieran volver a vivir en paz.

Cientos de miles de judíos de todo el mundo volvieron a la tierra prometida pero la paz no fue duradera.
Mientras los judíos habían estado fuera de Palestina aquellas tierras no habían estado abandonadas, sino que habían sido habitadas y trabajadas por muchas generaciones de palestinos, unos descendientes de los mismos judíos de dos mil años atrás, otros llegados en los siglos posteriores. Tanto unos como otros creían tener el mismo derecho a la posesión de la tierra de sus antepasados, pero la llegada masiva de judíos al comenzar el nuevo éxodo provocó una serie de conflictos que convirtieron el oriente próximo en un polvorín dispuesto a estallar. Desde entonces se han producido numerosas guerras, muertes y sufrimientos y no parece que el fin de esta conflictiva situación esté cerca
Jesús es judío y vivió como tal. Igualmente son judíos su Santísima Madre, San José y los Apóstoles. De hecho el principal tema del primer concilio de la Iglesia, el Concilio de Jerusalén, presidido por san Pedro, fue decidir si los gentiles (no judíos) también eran llamados por Dios para ser miembros de la Iglesia.

Mas tarde con la evangelización del imperio, los gentiles llegaron a ser la gran mayoría de los cristianos. Algunos comenzaron a poner a un lado la identidad judía de Jesús y olvidaron que las críticas de Jesús y de San Pablo contra los judíos eran críticas desde adentro de la familia judía. Es necesario reconocer los cristianos han injuriado a los judíos mal interpretando algunos textos para atacar a los judíos. Estas injusticias aumentaron el distanciamiento entre judíos y cristianos. El Concilio Vaticano II renovó la conciencia de los vínculos entre el judaísmo y el catolicismo. El Papa Juan Pablo II ha pedido perdón por las ofensas cometidas por los católicos. Ver: Nosotros Recordamos>>. Durante su pontificado la Iglesia ha buscado profundizar su entendimiento de los judíos a través del diálogo.

Judíos están descubriendo que no hay contradicción entre ser judío y ser católico sino que mas bien la fe católica satisface la esperanza judía de encontrar al Mesías. Es así que un judío converso llegó a ser sacerdote y fundó la organización Remnant of Israel (Resto de Israel) para evangelizar a los judíos y dar a conocer los profundos nexos entre el judaísmo y la Iglesia Católica. Otro grupo, B´nei Tzion, se identifica de esta manera: "Somos católicos que conservamos nuestras raíces hebreas; no hemos abandonado en ningún momento el Judaísmo, sino que vemos en Jesús (en hebreo Yeshúa) la perfección de la Torá y la cumbre de la historia del Pueblo de Israel. Conservando nuestra identidad y tradiciones judías, a ejemplo de las Iglesias Católicas Orientales (también llamadas “uniatas”)". Ellos son plenamente católicos, bajo el Santo Padre.

La fe cristiana sostiene que el niño que adoramos en el pesebre es verdaderamente el Hijo de David, verdaderamente judío. El nos da la luz para comprender el sentido pleno de las Sagradas Escrituras de los judíos y reconocemos que de ellos nos viene la salvación. Creemos que Abraham es nuestro padre en la fe y que la Iglesia es la Nueva Israel. Al mismo tiempo reconocemos a los judíos como nuestros hermanos mayores en la fe y no podemos entender el cristianismo sin comprender sus raíces judías.

El judaísmo no tiene una interpretación dogmática de las Escrituras sino que permite diferentes interpretaciones. Sholem Asch, uno de los mas aclamados escritores judíos modernos, propuso en la década de 1950-60 que el judaísmo auténtico es mesiánico y debe esperar la venida del Mesías que Dios prometió a Israel. El judaísmo es una religión que se fundamenta en esa esperanza. ¿Es Jesús ese Mesías? La respuesta a esta pregunta fue intensamente debatida entre los judíos en el tiempo de Jesús. Algunos judíos hoy día están descubriendo a Jesús y respondiendo a esa pregunta positivamente

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